Introducción
Las mollejas de pollo son un ingrediente apreciado en muchas culturas por su sabor rico y textura única. Aunque menos comunes que otros cortes, son económicas, nutritivas y muy versátiles en la cocina, ideales para preparar desde guisos hasta bocados crujientes.
Beneficios nutricionales
Proteína de alta calidad: 20 g por cada 100 g, excelente para reparación muscular y salud general.
Ricas en hierro: Previenen anemia y aumentan energía.
Bajas en grasa: Opción magra y saludable para el corazón.
Vitaminas B (B12, niacina): Mejoran función cerebral, metabolismo y vitalidad.
Salud intestinal: Su textura estimula la digestión y aportan nutrientes beneficiosos.
Por qué te encantarán
Económicas y accesibles.
Sabrosas y versátiles: pueden freírse, estofarse o asarse a la parrilla.
Sostenibles: aprovechan partes del pollo que a menudo se desperdician.
Textura masticable y carnosa que enriquece los platos.
Consejos básicos para cocinar mollejas
Limpiar: Enjuagar con agua fría, retirar grasa y tejido conectivo.
Ablandar: Cocinar a fuego lento en caldo o agua 1-2 horas para suavizar.
Ideas de recetas
Mollejas fritas crujientes
Marinar mollejas en suero de leche toda la noche.
Rebozar en harina sazonada (pimentón, ajo en polvo, cayena).
Freír hasta dorar y acompañar con salsas tipo ranch o picante.
Estofado de mollejas
Sofreír cebolla y ajo, dorar mollejas.
Añadir caldo, verduras (zanahoria, patata, tomate) y hierbas (tomillo, laurel).
Cocer lento 1-2 horas hasta tiernas y sabrosas.
Mollejas a la plancha con chimichurri
Cocinar mollejas al vapor o presión hasta ablandar.
Marinar en aceite de oliva, asar y servir con chimichurri fresco.
Mollejas ahogadas estilo sureño
Dorar mollejas, saltear cebolla, pimientos y ajo.
Preparar salsa cremosa con harina, mantequilla y caldo.
Cocinar todo a fuego lento hasta espesar.
Variaciones para probar
Continua en la siguiente pagina
ADVERTISEMENT