piña con un bizcocho mantecoso y delicioso. Este dulce es famoso por su exquisita apariencia y su ingeniosa técnica de repostería: la fruta se coloca en el fondo del molde y, una vez horneada, el pastel se voltea para servirlo.
En esta publicación descubrirás los antecedentes, los componentes clave, las variantes y una receta completa para preparar el pastel de piña al revés ideal en casa.
Un vistazo al pasado: la historia del pastel de piña al revés
Los orígenes del pastel de piña al revés se remontan a principios de 1900. La idea de hornear pasteles “al revés” viene desde la Edad Media, cuando se colocaba fruta y azúcar en el fondo del molde. Pero no fue hasta la llegada de la piña enlatada que esta receta ganó fama.
En 1925, la Dole Pineapple Company organizó un concurso de recetas con temática de piña, donde el pastel de piña al revés se convirtió en el ganador destacado, consolidándose como un clásico en los hogares estadounidenses.
Los componentes del pastel de piña al revés
1. Piña:
Ya sea en rodajas frescas o enlatadas, la piña aporta el sabor y la textura únicos. Suele acompañarse de cerezas al marrasquino en el centro de cada rodaja para darle color.
2. Azúcar morena con mantequilla:
Crean una capa tipo caramelo que impregna la fruta y el bizcocho durante el horneado.
3. Mezcla para pastel:
Harina, huevos, leche, esencia de vainilla, azúcar y levadura en polvo forman una masa suave y mantequillosa, equilibrando el dulzor de la piña.
Variaciones del pastel de piña al revés
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