Preparar la base:
En una fuente apta para horno, colocá la avena y agregá la leche. Mezclá bien para que la avena se hidrate.
Agregar la fruta:
Sumá la banana en rodajas finas y la manzana picada. Distribuí de forma uniforme sobre la avena.
Batir los huevos:
En un recipiente aparte, batí los huevos junto con el edulcorante de vainilla hasta que quede una mezcla homogénea. Si querés un sabor más intenso, podés agregar una pizca de canela.
Unir todo:
Volcá la mezcla de huevos sobre la preparación anterior. Con una espátula o cuchara, mezclá bien para que todos los ingredientes se integren.
Agregar el toque crocante:
Esparcí las nueces picadas por encima, presionando apenas para que se adhieran a la mezcla.
Hornear:
Llevá al horno precalentado a 180°C durante 30 a 35 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y al insertar un palillo, salga seco.
Dejar enfriar:
Una vez fuera del horno, dejá enfriar a temperatura ambiente antes de cortar en porciones.
Consejos útiles
Endulzante opcional:
Si usás una banana bien madura, puede que no necesites agregar más edulcorante. Probá la mezcla antes de hornear y ajustá a tu gusto.
Variaciones posibles:
Podés sumar pasas, chips de chocolate sin azúcar, coco rallado o cambiar las nueces por almendras, castañas o semillas.
Para un desayuno completo:
Servila con yogur natural, un chorrito de miel o frutas frescas. También queda genial con una cucharada de mantequilla de maní.
Conservación:
Guardala en un recipiente hermético en la heladera por hasta 4 días. También podés congelar porciones individuales para tener un snack saludable siempre a mano.
Una torta saludable, fácil y deliciosa que seguro se convertirá en un clásico en tu cocina. ¡Probala y compartila!
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