Las orquídeas son plantas delicadas pero hermosas que prosperan con el cuidado adecuado. Sin embargo, el exceso de riego, el mal drenaje o los fertilizantes químicos pueden causar la pudrición de raíces. Si tu orquídea se ve débil o amarilla, ¡aún no te rindas! Esta guía paso a paso te muestra exactamente cómo devolverle la vida—con solo una cucharadita de un ingrediente simple.
Paso 1: Elimina Todas las Raíces Podridas
Inspecciona y recorta con cuidado:
Saca la orquídea de su maceta
Corta las raíces oscuras, blandas o con mal olor con tijeras esterilizadas
Deja solo las raíces firmes, blancas o verdes
➡️ Esto detiene la pudrición y estimula el crecimiento de nuevas raíces.
Paso 2: Desinfecta con una Solución de Bicarbonato
Tratamiento natural para eliminar bacterias:
Mezcla 1 cucharadita de bicarbonato de sodio en 2 litros de agua
Remoja las raíces en la solución durante 10 minutos
Deja que las raíces se sequen al aire antes de trasplantar
✅ El bicarbonato ayuda a eliminar bacterias y hongos de forma segura.
Paso 3: Trasplanta con Musgo Seco Esterilizado
Fomenta la circulación de aire y evita el exceso de humedad:
Coloca musgo seco esterilizado en una maceta limpia
Coloca suavemente la orquídea de modo que las raíces toquen el musgo
No lo comprimas demasiado—¡la circulación de aire es clave!
Paso 4: Crea una Zona de Recuperación Perfecta
Ayuda a tu orquídea a sanar sin estrés:
Colócala en un lugar fresco y sombreado, con buena ventilación
Evita regar durante los primeros 7 días
Manténla alejada de la luz solar directa
🌿 Esto le da tiempo a las raíces recortadas para recuperarse.
Paso 5: Reanuda el Riego—Pero de la Manera Correcta
Comienza con hidratación suave:
Después de una semana, remoja la maceta en agua durante 10 minutos una vez por semana
Deja que el agua se drene completamente
Cubre con una caja plástica transparente para aumentar la humedad
💧 Mantiene las raíces húmedas y estimula el crecimiento rápido.
Paso 6: Potencia con Agua de Arroz
Continua en la siguiente pagina
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