2. Pollo
El pollo recalentado a temperaturas bajas puede causar problemas digestivos.
Su contenido de proteínas cambia al recalentarse y puede volverse difícil de digerir, especialmente para niños o personas mayores.
3. Huevos cocidos
Recalentar huevos (duros o revueltos) puede generar toxinas peligrosas si estuvieron fuera del refrigerador mucho tiempo.
Esto incrementa el riesgo de intoxicación alimentaria.
4. Espinacas y acelgas
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